Concepto De Autoestima Y Cómo Mejorar La Autoestima.
Parte II
El Ser es el verdadero yo, es el "Dios
Interior", nuestra naturaleza divina y potencial, nuestro ser inmortal
inherente, lo que existió antes de nuestro nacimiento y existirá después de
nuestra muerte. El yo es la manifestación física o superficial que es de
naturaleza temporal. Es el cuerpo físico, su mundo son los cinco sentidos y las
emociones, pensamientos y creencias que fluyen a través de él. Tanto el yo como
el Sí mismo son partes importantes de lo que somos. Pero para esta analogía, la
autoestima puede ser vista como la reputación que el yo tiene con el Ser.
Sin una sana autoestima como fundamento, el trabajo
realizado en cualquier otra área de crecimiento personal o espiritual no durará
en última instancia. Si la autoestima es demasiado débil, ni siquiera habrá la
motivación básica para tratar de mejorar o evolucionar en absoluto. Si no nos
sentimos básicamente dignos y merecedores de felicidad y crecimiento, sin
importar lo que hagamos, nos sabotearemos a nosotros mismos para que nuestra
realidad externa coincida con nuestra realidad interna de lo que creemos que
merecemos. Al igual que no tenemos que estar en excelente forma física para
comenzar un programa de ejercicio, no tenemos que tener una autoestima súper
sana para comenzar un programa de crecimiento personal o espiritual.
Las dos principales partes de la autoestima
Hay dos partes principales para la autoestima:
1) Autoestima: sentirse digno de ser feliz
2) Confianza en sí mismo: sentirte confiado en tu
capacidad de pensar, afrontar y adaptarte a los desafíos de la vida
Vamos a cubrir cada una de estas dos partes principales
en su propio artículo, porque son merecedoras de una comprensión más completa.
Pero podemos ver que ambos son importantes (debemos sentirnos dignos y capaces
de funcionar en esta vida y de encontrar felicidad y significado). Son dos
caras de la misma moneda. Sin sentirnos dignos, no importa lo capaces que
podamos pensar que somos, vamos a auto-sabotear nuestro progreso. Sin sentirnos
capaces, no importa lo dignos que nos sintamos, vamos a procrastinar y evitar
la acción necesaria para lograr nuestro crecimiento y nos sentiremos abrumados
por la vida y "atascados" a medida que vemos pasar la vida. A medida
que aumentamos nuestra percepción de nuestro valor, también aumentamos nuestra
percepción de nuestra capacidad, y aumentamos nuestra capacidad asumiendo
desafíos y superándolos, y así también aumentamos nuestra percepción de nuestro
valor.
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