jueves, 25 de octubre de 2018

La Virtud De La Asertividad. Parte II

La Virtud De La Asertividad. Parte II

La sumisión dice:
Lo que creo no es importante... Lo que siento no importa ... Lo que quiero no cuenta
Cuando las personas no son asertivas, gravitan con la agresión o la sumisión, según el tipo de personalidad o el estado de ánimo.
Y a menudo el mismo individuo vacilará entre la agresión y la sumisión ... o actuará de manera que combine los dos:
• Pasivo-Agresivo: expresar la ira de forma encubierta, por ejemplo, "olvidar" las peticiones de los demás o planear la venganza.
• Manipulación: jugar a la víctima o mártir para que los demás sientan pena por ellos o cuiden de ellos.
La virtud de la asertividad
La afirmación nos permite:
• expresarnos honestamente
• Considerar cómo se sienten los demás
• Sentirnos bien con nosotros mismos
• asumir la responsabilidad
• Negociar productivamente
• Ir a una resolución de ganar-ganar
Todas las virtudes obvias y valores positivos!  Entonces, ¿por qué muchos de nosotros no somos asertivos más a menudo?
Bueno, la razón más frecuente es el miedo al rechazo o la desaprobación. Y este no es un miedo irracional. De hecho, a algunas personas puede que no les guste lo que afirmamos. Es decir, puede que no nos gusten (al menos ese aspecto de nosotros, en ese momento).
Estar en paz con la desaprobación requiere una autoestima bastante saludable.
Un ingrediente esencial para construir la autoestima es la afirmación. Cuanto más a menudo nos expresemos honestamente, más nos sentiremos bien con nosotros mismos.
Una advertencia: ¡La afirmación no es una garantía de que obtendrás la respuesta o los resultados que deseas!
No hay tal garantía. Pero, además de todos los beneficios enumerados anteriormente, la afirmación tiene muchas más posibilidades de obtener esos resultados que la agresión o la sumisión. Al menos a largo plazo y sin la reacción negativa inherente a esas alternativas.
¿Pero debe uno ser siempre asertivo?
Sostenemos que siempre debes ser asertivo... en tus pensamientos. Pero, no necesariamente en expresar esos pensamientos. En muchas ocasiones puede haber circunstancias en las que las consecuencias de la afirmación vocal puedan ser bastante negativas. Por ejemplo, cuando se trata de una persona agresiva con autoridad o cuando se nos amenaza con violencia.
A veces, mantener el silencio es la acción más sabia y asertiva que se debe tomar. No respaldar las acciones o declaraciones de otra persona, sino silencio... o, quizás, reconocimiento. Algo como: oigo lo que dices;  sin agregar: estoy de acuerdo.      ¡Importante! Conviértete En Facilitador De Procesos De Cambio Con PNL. DClic Aquí  

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