lunes, 15 de mayo de 2017

Reclama Tu Poder Personal A Través De La Rendición

Reclama Tu Poder Personal A Través De La Rendición

"La grandeza del poder de una persona está en la medida de su rendición".

~ William Booth (1829-1912)
El poder y la rendición no suelen estar juntos. El mundo se engaña cuando insiste en exigir y dominar el poder, porque ese tipo de poder es una invención en la mente humana. La verdadera fuente del poder está en el otro extremo; Poder no a través de la fuerza, sino a través de la rendición.

Reclama Tu Poder Personal

Se trata de liderazgo. El verdadero poder personal es el liderazgo. Y el liderazgo es sobre el logro de un respeto carismático. Un buen líder tiene seguidores que lo quieren seguir. Un buen líder tiene una buena comprensión sobre la rendición; saben cuándo y cómo dar a los demás. Más fundamentalmente, saben lo importante que es dar; que dar es almacenar bendiciones para más tarde.
Dar es una inversión que se multiplica de muchas formas diferentes e impredecibles.
El Poder De Dar

Dar no es sólo algo material, sino también espiritual. Lo que damos espiritualmente es nuestro derecho de paso; es nuestra rendición en asuntos inconsecuentes; Es nuestro beneficio ante cualquier duda; se está dando cuando elegimos dar.
La rendición es siempre sobre el camino de la verdad. Cuando estamos equivocados lo admitimos.
Cuando tenemos sobre nosotros la libertad de rendirnos - ante Dios y a través de situaciones apropiadas - ejemplificamos la madurez. Tal madurez espiritual es una demostración de poder personal; Una vez más, este tipo de poder personal no tiene nada que ver con el llamado poder personal de la gente acaudalada, la gente que se pavonea.
Por supuesto, la idea de poder personal del mundo es sobre el conocimiento, la autoridad, la adquisición, la influencia y el control. Pero el verdadero poder personal viene sin la necesidad del conocimiento, tiene su autoridad en Dios; adquiere sólo lo que necesita y da el resto, da influencia y aclamación en lugar de recibirla, y se complace en abandonar el control para que otros puedan ganar.
El poder personal real es un regalo de sabiduría para saber que no tenemos poder más allá de Dios.
El único poder que podemos tener es atribuido a Dios, y viene de dar poder. Cuanto más poder nos regalamos a través de acciones amorosas, más poder disfrutamos. Viene sin ningún esfuerzo, en absoluto. Es una fórmula muy simple. ¡Funciona!
Cuando nos rendimos, no somos una amenaza para nadie. Sin nada que ganar, entonces se nos puede confiar.

Tal vez hemos oído decir: "Es más bendecido dar que recibir". Allí se establece el secreto de la verdadera fuente del poder personal. Cuanto más podamos dar, más poder personal Dios nos retribuye. Cuanto más bendecimos a los demás, más somos bendecidos.
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