miércoles, 29 de noviembre de 2017

Aplicando La Ciencia Al Arte Del Coaching. Parte I

Aplicando La Ciencia Al Arte Del Coaching. Parte I

El interés en ayudar a los líderes a convertirse en mejores entrenadores está en su punto más alto. Las encuestas muestran que los empleados quieren mucho más entrenamiento del que reciben y hay indicios de que las empresas estadounidenses finalmente están tratando de responder de dos maneras: primero, capacitando a los gerentes para ser mejores entrenadores y, en segundo lugar, están utilizando entrenadores externos. Con toda esta inversión, ¿qué se puede hacer para asegurar que rinda frutos con la mayor rentabilidad posible? Existe una gran inconsistencia en la calidad y efectividad de los entrenadores, y el campo está atrayendo a más personas a un ritmo acelerado.

 Expandir y mejorar el arte del coaching desencadena una serie de preguntas extremadamente importantes para las cuales no se han tenido buenas respuestas. Sin embargo, el éxito futuro del coaching puede estar en la capacidad de encontrar respuestas a estas preguntas básicas. El propósito de este documento es resaltar cuántas de estas preguntas pueden ser abordadas en gran parte por:
• La aplicación de investigaciones de una variedad de disciplinas afines
• Aplicar las lecciones aprendidas de otras iniciativas exitosas que están estrechamente relacionadas con el coaching
• Uso de investigaciones realizadas en empresas y organizaciones de servicio público

LAS PREGUNTAS CLAVE

Las preguntas son:

1. ¿Hasta qué punto el coaching realmente vale la pena? ¿O es solo una más de una larga lista de modas de la administración?
2. ¿Cómo podemos aumentar la efectividad de cada sesión de coaching?
3. ¿Cómo se puede hacer el proceso de entrenamiento más consistente?
4. ¿Cuál es el objetivo apropiado para el coaching, y cuánto cambio podemos esperar?
5. ¿Qué tiene la personalidad o el comportamiento de los entrenadores que produce el impacto más positivo?

LA NECESIDAD DE EVIDENCIA

En el libro Hard Facts, Dangerous Half-Truths, and Total Nonsense: aprovechando la gestión basada en la evidencia, Pfeffer y Sutton muestran cómo las empresas pueden mejorar el rendimiento y superar a su competencia a través de la gestión basada en la evidencia. Señalan que un porcentaje muy pequeño de lo que hacen los gerentes se basa en datos sólidos. Este análisis parece haber sido generado por la investigación en medicina del Dr. David Eddy, quien sugirió que en 1985 solo el 15% de lo que los médicos hacían tenía alguna evidencia científica que lo respaldara; y que ahora ese número ha aumentado a entre 20 y 25%
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