Usando El Autoconocimiento Para Dejar Fuera
El Confuso Y Repetitivo "Ruido Blanco". Parte II
Y así, con la práctica continua y la conciencia, puedes
decir que para todos los efectos: Sí, todavía tienes el control de tus
pensamientos, sentimientos y acciones. Puedes tener el valor de tus
convicciones. Puedes seguir el camino que tenga sentido para ti, sin importar en
qué dirección vaya la multitud.
Lo que esto también significa en términos prácticos es
que no siempre tendremos una reacción involuntaria y una respuesta automática a
las palabras y acciones negativas de los demás hacia nosotros; así como a
estímulos externos, condicionamiento social, propaganda y publicidad (obvia y
subliminal).
Por lo tanto, no tenemos que hacerlo, y no seguiremos o
copiaremos lo que vemos en nuestras pantallas de televisión (cada vez más de
tamaño natural y HD); tampoco tenemos que copiar los hábitos excesivos de
bebida o de "fiesta dura" de los demás; consumismo excesivo; estilos
de vida y tendencias de celebridades.
Lo mismo se aplica a los comportamientos sexuales
representados y "promocionados" en películas, videos musicales o la
industria pornográfica. (Lamentablemente, muchas de las imágenes y acciones
retratadas en estas diversas industrias son cada vez más similares).
En muchos sentidos, la práctica de la meditación y la
oración permite al practicante excluir cada vez más el parloteo confuso y
repetitivo, y el "ruido blanco" de la cantidad vertiginosa de
estímulos que procesamos día tras día.
Al mismo tiempo, comprender tus experiencias pasadas, tus
pensamientos limitantes, el auto sabotaje y por qué sigues repitiendo los
mismos errores una y otra vez puede ser muy útil para comenzar el proceso de
superar tus hábitos menos positivos. [Y si es necesario o sería útil, un buen
profesional puede ayudar.]
Tal vez tu cuerpo quiere comer o beber demasiado, pero
puedes detenerlo; también puedes reconocer la diferencia entre el hambre física
y emocional. Esto se debe a que el autoconocimiento y la comprensión nos ayudan
a ser conscientes de dónde provienen nuestros vacíos emocionales; y cómo
tratamos de llenar estos vacíos (muchas veces, en los lugares equivocados y de
forma incorrecta).
Tal conocimiento, análisis y conocimiento del yo nos
permiten practicar consciente y continuamente la sanación de nosotros mismos.
Por lo menos, tomaremos conciencia de por qué hacemos muchas de las cosas que
hacemos y cómo podemos aprender gradualmente a cambiar o superar estos hábitos.
Y así, con la práctica continuada, puedes descubrir que
tienes la autoconciencia y la sabiduría necesarias para darte cuenta de que tu
mente controla tu cuerpo y tú controlas tu mente. El conocimiento y la
conciencia pueden despertarnos a nuestras propias acciones y darnos el poder y
la capacidad de cambiar, de hacer las cosas de manera diferente, de hacerlas
mejor y de una manera que nos ayude a transformarnos.
Y esta transformación y crecimiento es lo que nos lleva a
una vida plena.